tu sonrisa la imagino sin miedo.
Invadido por la ausencia
me devora la impaciencia,
me pregunto si algún día te veré.
Ya sé todo de tu vida y sin embargo
no conozco ni un detalle de ti.
El teléfono es muy frío,
tus llamadas son muy pocas.
Yo sí quiero conocerte y tú no a mí.
Por favor...
Dame una cita, vamos al parque,
entra en mi vida sin anunciarte.
Abre las puertas, cierra los ojos,
vamos a vernos poquito a poco.
Dame tus manos, siente las mías
como dos ciegos, Santa lucía.
Santa Lucía, Santa Lucía.
A menudo me recuerdas a mí.
La primera vez pensé se ha equivocado,
la segunda vez no supe qué decir,
las demás me dabas miedo,
tanto loco que anda suelto.
Y ahora sé que no podría vivir sin ti.
Por favor...
Dame una cita, vamos al parque,
entra en mi vida sin anunciarte.
Abre las puertas, cierra los ojos,
vamos a vernos poquito a poco.
Dame tus manos, siente las mías
como dos ciegos, Santa lucía.
Santa Lucía, Santa Lucía.
A menudo me recuerdas a mí.
Roque Narvaja
No hay comentarios:
Publicar un comentario